Recordando a Fundación

Originalmente, solo fueron varios relatos publicados entre 1942 y 1950 en revistas pulp. Relatos que luego se convirtieron en tres tomos corregidos y aumentados publicados entre 1951 y 1953.
Y sí, tuvieron sus subsecuentes ramificaciones en otros tantos relatos, en otras tantas novelas, incluso en algunos ensayos. Todo eso fue la saga Fundación de Isaac Asimov, saga que suele considerarse el pináculo de la literatura de ciencia ficción de la llamada Era Dorada.
Dicha Era marca el momento en el que las historias de ciencia ficción se hicieron populares tanto con la crítica como con el público. Inicia, según, a finales de los años 30 y acaba por 1950, década en el que esas historias-ideas comenzaron a utilizarse como base de películas de mediano presupuesto que poco a poco fueron conquistando nuevas audiencias en todo el mundo.
La saga Fundación plantea, primero, la idea de que el final de todo es inminente y que al ser humano, con todo y sus saberes y tecnologías, le resultará imposible evitarlo. Pero ¿Qué pasaría si se realizaran una serie de micro eventos aquí y allá, todos basados en meras teorías y que serán perpetrados a lo largo de miles de años?
¿Bastaría eso para alterar un poco dicho fin? ¿Servirá para albergar alguna esperanza, aunque eso entre en territorios ignotos?
Hari Seldon es un científico que desarrolla la teoría de la psicohistoria. Parte matemática, parte psicología, parte antropología, parte filosofía y, bueno, también parte alquimia, mediante complejos teoremas se anticipa que el fin del Imperio Galáctico gobernante, uno enclavado en tradiciones feudales, será dentro de treinta mil años. Por ello, elabora un complejo plan que abarcará a generaciones enteras, además de provocar algunas crisis intergalácticas. Todo para asegurarse que cualquier cosa que resulte tras el inminente desplome del Imperio sea algo que ha aprendido de sus errores y que deje atrás la idea de: Siempre han confiado en la autoridad o en el pasado, nunca en sí mismos.
Solo que su verdadero plan consiste en agrupar a dos grupos de científicos, artistas e ingenieros en dos colonias para que sean las bases de lo que resulte de la caída del Imperio. Caída que ocurriría en mil años y no en los 30 mil anunciados.
Esas dos colonias se desarrollarán en los extremos de la galaxia y cada una serán ignorante de la existencia de la otra. La razón oficial de la existencia de la primera, será elaborar una enciclopedia que concentre todos los saberes en un lugar para la posteridad.
A cada una las llamarán Fundación. La creación de ese par de Fundaciones se le delega al Imperio mediante una ingeniosa estratagema que incluye que dichas autoridades olviden la existencia de ambas colonias. Solo aporten los recursos necesarios para su creación y no se inmiscuyan en su desarrollo.
Seldon pensó al dedillo el plan y sabiendo que no sobreviviría para comprobar si se cumplirían o no sus vaticinios, guardó parte de sus conocimientos e ideas en una réplica virtual suya que vive dentro de una máquina que se abrirá cada tantos años: la Bóveda del Tiempo.
Ese es apenas el arranque de la saga. Otra idea tras Fundación está en cuestionar qué sucedería en caso una sociedad aprendiera a predecir, mediante la ciencia, eventos futuros.
¿Qué sería del predeterminismo entonces?
Asimov responde ese cuestionamiento planteando que de todas formas lo impredecible acabaría filtrándose, porque eso es lo que nos hace humanos: ser subjetivos, azarosos, caóticos.
De ahí la existencia de El Mulo. Su papel reside en representar el caos que acabará certificando, digamos, al orden.
Y esas son las dos fuerzas en las que se basa toda existencia.
Y a propósito de esos elementos caóticos, Asimov deja bien claro que para él: La violencia es el último recurso del incompetente. Así que en gran parte de Fundación se plantea en cómo los personajes intentan por todas las formas posibles el no recurrir a la violencia.
Se entiende. Isaac Asimov comenzó a escribir los relatos originales durante la 2da Guerra Mundial. Por esos años, trabajó para el ejército de Estados Unidos como químico civil en una base militar y como muchos, se preguntaba si aquel conflicto iría a cambiar a la humanidad entera cuando terminara. Si aquella guerra, aquella experiencia iba a servir de algo. También se preguntaba, sin saber aún cuál sería el resultado del conflicto, qué vendría después. Y, claro ¿Es que nadie había previsto que algo así sucedería?
Fundación y sus ramificaciones son respuestas a todas esas interrogantes, y también para las que vinieron después. Además recordarnos, desde esa propia Bóveda del Tiempo de letras, que:
Cualquier dogma, basado primariamente en la fe y el sentimentalismo, es un arma peligrosa usada sobre los demás, puesto que es imposible garantizar que el arma nunca se vuelva contra el que la emplea.
Atentamente, el Duende Callejero…
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