Hace unos años Barbie se convirtió en un trancazo taquillero ¿Y qué pasó en los días posteriores?
Recordemos.
Luego del Barbieheimer (término que se empleó debido al estreno y éxito de la mencionada Barbie y también de Oppenheimer de Christopher Nolan) ocurrido el fin de semana del 21 de julio del 2023, se anunciaron varios proyectos relacionados tanto con juegos como: Monopoly, Clue, Uno, Animal Crossing y Minecraft, como de juguetes: Master of the Universe, Monster High, Polly Pocket y Hot Wheels. Algunos aún no se concretan mientras que otros, como Minecraft, han sido éxitos en taquilla. Y está el estreno de Master of the Universe para el año entrante.
Y ahora, tras el moderado éxito de Superman se han venido anunciando algunas cintas que hacen pensar que eso de la fatiga por el cine de superhéroes es algo que aún no ha llegado a su cenit (sumemos la taquilla de Fantastic Four que, aunque está por debajo de lo que hacían las películas de Marvel hace años, no debe desecharse).
De todos los anuncios hechos, el que más me ha llamado la atención es el de la nueva cinta sobre el Judge Dredd que, según las notas, produciría la gente de Vertigo Entertainment, desarrollaría Rebellion Developments, escribiría Drew Pearce y, hasta hace poco, dirigiría Taika Waititi.
De concretarse, sería la tercera película dedicada al personaje creado en 1977 por el guionista John Wagner y el dibujante Carlos Ezquerra para la publicación británica de ciencia ficción: 2000 AD.
El Judge Dredd, una hiperviolenta figura de culto en el mundo de los cómics, ha sido interpretado en la cinta de 1995 por Sylvester Stallone, mientras que la segunda, del 2012, por Karl Urban.
Dicho anuncio me dejó pensando sobre la terquedad de los ejecutivos por querer sacarle provecho a personajes o historias que ya han demostrado que quizá el cine no es lo suyo.
El ejemplo de lo que digo es la cinta Dredd del 2012. Ahí tenemos una gran película que fracasó en taquilla. Y resulta que contiene todo lo que los fanáticos del cómic demandarían: respeta la violencia de las historias, no infantiliza a sus personajes, no busca revertir lo ya contado y se deja ver sin necesidad de buscar material extra.
Cumple, pues, con todo lo que se demanda de cualquier traslación de un cómic a la pantalla.
El problema, creo, es precisamente que el personaje de Dredd no tiene ni el bagaje de Batman ni a Warner detrás. Y aquí van otra vez con él.
Eso también le ha pasado a Hellboy que, como sabemos, el primero que se encargó de llevar a la pantalla la creación de Mike Mignola fue Guillermo del Toro, con Ron Perlman como protagonista. Y aunque sus dos películas no fueron unos trancazos en taquilla, a ambas les tocó vivir en los tiempos en los que el formato casero, sea en renta o compra, las hizo rozar el éxito deseado.
Pero aún con ese éxito, los Hellboy de del Toro no lograron convencer a los productores para completar la trilogía (esos sí: tuvo dos películas animadas y un videojuego). Luego vino el primer reboot que, según, fue dirigido por Neil Marshall y protagonizado por David Harbour que se estrenó en el año 2019.
Ese Hellboy fue un pastiche de historias aparecidas en los cómics, que en momentos perdía toda coherencia, y que en taquilla fue un fracaso.
Pero eso no amilanó a los productores y el año pasado lo volvieron a intentar con la entrañable Hellboy: The Crooked Man. Y pasó lo mismo que con Dredd: tenemos quizá no la película perfecta de Hellboy, pero sí la que mejor sabe tratar al personaje y su mundo desde la de del Toro. Lo respetan sin convertirlo en el secundario de su propia historia como sí sucedió en la del 2019. Y que por los tiempos, la cinta bien podía ser una precuela de cualquiera de las dos cintas anteriores. Y aún así la gente no fue a verla.
¿Necesitamos otra cinta de Dredd? No. Ya lo han hecho bien y tanto con Dredd como con Hellboy no ha pasado nada taquilleramente hablando.
Y la verdad es que hay otros personajes y otras historias por explorar.
Atentamente, el Duende Callejero…








