Amor en tiempos materialistas

Así como los dinosaurios alguna vez gobernaron la tierra, hubo un tiempo en el que la comedia romántica fue la que reinó la taquilla.

Pero, a diferencia del tiempo de los dinosaurios, los de la también llamada RomCom han tenido un par de intentos de resurrección que casi hacen que gritemos: It’s alive!

Sin embargo, en este mundo en el que la taquilla se ha vuelto cada vez más infantilizada e irrelevante debido a las interminables sagas de superhéroes y animes, además de todas esas precuelas, secuelas tardías y legado, y el cacho nostálgico que se junte en la semana; el contar otra historia sobre muchacho conoce a muchacha o muchacha conoce a muchacho, y que al inicio se detestan pero por motivos de un viaje, una apuesta o lo que sea, acabarán conociéndose y enamorándose para luego tomar sus propios caminos o de plano acabar viviendo juntos para ver qué sale de eso, es una apuesta arriesgada para cualquier estudio.

La razón de eso último la explicó el productor Jason Blum hace años en una conferencia. En resumen, dijo que las RomCon son películas caras.

Muy caras.

Su razón: rara vez demandan una secuela, además que necesitan star power para que funcionen. Y está el asunto de las locaciones: ciudades como Nueva York o Roma o algún lugar paradisiaco y costoso. Todo eso va sumando ceros al presupuesto y, recordemos, vivimos en los días en que los ejecutivos de los estudios de lo que viven es de la máxima: hacer más con menos.

Por eso resulta interesante que aún con todo lo anterior existan películas como Materialists (2025, Estados Unidos y Finlandia), escrita y dirigida por Celine Song (1988, Corea del Sur). Y no porque se trate de una comedia romántica estrenada en pleno verano del 2025, justo en medio de blockbusters de los de siempre: Jurassic Park 7, la nueva-nueva versión de Superman y otra intentona con Los Cuatro Fantásticos; sino porque se cinta resulta una anti-comedia romántica que nadie pidió pero que de alguna forma necesitábamos.

Materialists bien podría pasar por una actualización de algún texto de Jane Austen, principalmente por esa mirada crítica sobre las relaciones amorosas, la posición económica y la mirada femenina, pero no hay ningún texto de Austen que siga los pasos de esta cinta.

Lucy (Dakota Johnson), que alguna vez quiso ser actriz, ahora es una exitosa celestina de la clase alta neoyorkina. Trabaja para una agencia, Adore, y en la boda de una clienta, que por un momento se le estaba arrepintiendo, conoce a Henry (Pedro Pascal), el rico y acaudalado hermano del novio.

Luego de charlar con el guapo y encantador millonario, Lucy descubre que en la fiesta está su ex, John (Chris Evans), que sigue con su sueño de ser actor y hace trabajos de medio tiempo para mantenerse. Entre ellos, ser mesero en eventos como bodas de la clase alta de Nueva York y alrededores.

Lucy se impuso una regla: o morirá sola o se casará con un millonario, porque piensa que: … el matrimonio no es más que un acuerdo comercial. Por eso, decide ignorar los lances de Harry y mejor tomarlo como un cliente más. Un unicornio, dice. Solo que Harry insiste y Lucy acaba preguntándose ¿por qué no? Obviamente, a partir de ese momento las cosas comienzan a complicarse, tanto personalmente como laboralmente: la experiencia de una cliente de Adore asesorada por Lucy la hace cuestionar su profesión y de paso su estilo de vida.

También algunas decisiones personales que está tomando.

Escribí que estamos ante una anti-comedia romántica. Esto porque Song sabe muy bien qué beats debe tener la historia para calzar con la RomCom, y en lugar de ir palomeando los puntos de la lista, lo que hace es esquivarlos sin problema. Digo, hasta logró hacer que su película se sienta cara, sin serlo (presupuesto de 20 millones). Aquí lo que se cuenta es una historia de madurez y descubrimiento por parte de Lucy. Y aunque Materialists sigue la tendencia de ser más diálogo que acción de una RomCom, acá son los momentos de silencio y contemplación por parte de Lucy y compañía, los que acaban definiendo mejor a estos personajes.

Aunque, sí, Lucy es la protagonista de esta historia.

Y bueno, como parece parecer que el tema a destacar este verano es la esperanza, diré que Materialists termina con una nota de esperanza que aunque se ve venir desde lejos, igual se agradece.

Sí, caray, hasta esa nota hace que añoremos un poquito aquel tiempo en el que películas como Materialists reinaban la taquilla.

Atentamente, el Duende Callejero

Agustín Galván

Estás en el blog: filias y fobias de @duendecallejero. Inicié escribiendo sobre mis gustos y disgustos en materia de cine y literatura en algún momento del 2003. Solo que entonces fue en otro lugar, en otro espacio (ahora fallecido). La versión que ahora vistas es nueva (aunque ya tiene sus años). Gracias por la visita y si te apetece, deja tu comentario.