Una promesa cumplida

Cuenta Michael Connelly, nacido en Filadelfia en 1956, que cuando tenía diecisiete años se plantó frente a sus padres y les dijo que iba a abandonar los estudios. La razón: iba a convertirse en escritor.

Antes de ese día, su plan era seguir los pasos de su padre, que era promotor inmobiliario. Pero, una tarde fue a ver la película The Long Goodbye de Robert Altman, basada en la novela de Raymond Chandler.

La película le gustó tanto que al día siguiente repasó varias librerías buscando libros de Chandler. Encontró varios, que leyó cuantas veces pudo. Por cierto, por esos años los Connelly vivían en Fort Lauderdale, Florida.

Cuenta Michael Connelly que sus padres lo escucharon y que no dijeron nada durante varios minutos.

Fue su madre la que acabó rompiendo el silencio.

Le dijo que le parecía bien, pero que quería saber qué clase de libros iba a escribir.

Cuenta Michael Connelly que le habló de Raymond Chandler, aunque no se sabe si le contó eso de que: Chandler escribía como el hombre que deseaba ser.

No. Su madre le dijo que le parecía bien. Le encantaba la idea, pero que sentía que estaba muy verde como para escribir historias sobre detectives, policías, criminales y reporteros de la sección policiaca.

La madre le propuso al joven Michael que no dejara sus estudios. Periodismo, le dijo. Esa sería la carrera que le permitiría conocer todo lo que necesitaría en caso siguiera con su idea de convertirse en escritor de novelas de detectives.

Y eso no fue todo: su madre le dijo que de aceptar, les prometiera que no iba a abandonar los estudios. Que los iba a terminar, y si le ofrecían un trabajo relacionado con el periodismo lo iba a aceptar.

Porque todo eso le serviría en caso que siguiera con su idea de convertirse en escritor de novelas de detectives.

Cuenta Michael Connelly que eso hizo. Que se graduó en 1980. Que trabajó en varios periódicos. Que co-escribió un artículo que acabó nominado al premio Pulitzer.

Ese artículo hizo que Los Angeles Times le ofreciera un empleo.

Cuenta Michael Connelly que Lo aceptó y así fue como comenzó a vivir en Los Ángeles. Y durante todo ese tiempo, escribió dos novelas que siguen (y seguirán, ha dicho él) inéditas.

Fue la tercera, The Black Echo, la que le publicaron. El año en el que llegó a librerías fue 1992.

Cuenta Michael Connelly que ahí inició su carrera como escritor.

Pero también cuenta Michael Connelly que cumplió la promesa que le hizo a sus padres: a pesar de la publicación de esa primer novela y de su éxito, no dejó su trabajo como periodista.

Lo compaginó con su carrera como escritor hasta el 2005.

Porque fue ese el año en el que publicó la novela The Lincoln Lawyer, cuyos derechos fueron adquiridos por Lakeshore Entertainment por una buena cantidad. Y en el 2011 se estrenó su adaptación cinematográfica dirigida por Brad Furman, escrita por John Romano y protagonizada por Matthew McConaughey como Mickey Haller, apodado el Abogado del Lincoln.

Sí, cuenta Michael Connelly que aunque esa no fue la primera adaptación cinematográfica que se hacía de sus novelas, porque antes estuvo Blood Work, estrenada en el 2002 y producida, dirigida y protagonizada por Clint Eastwood, fue con las ganancias de la cinta y novela de The Lincoln Lawyer con las que pudo dejar por fin su trabajo como periodista y dedicarse de lleno a escribir sus novelas.

Luego vino Amazon Studios, que compró los derechos para llevar al personaje de Hieronymus Bosch, mejor conocido como Harry Bosch, en una serie de televisión que duró siete temporadas, con Titus Welliver como el curtido detective de Los Ángeles. Exitosa serie que ayudó a que se vendieran más libros en todo el mundo. Y luego de esas siete temporadas, Amazon Studios inició un spin-off llamado Bosch Legacy, centrado a ese periplo en el que el personaje se retiró de la policía.

También sucedió que Netflix se hizo con los derechos de distribución de la serie sobre Mickey Haller, ahora interpretado por el mexicano Manuel García-Rulfo, que creó David E. Kelley.

Y ahora, con las terceras temporadas de: Bosch Legacy y The Lincoln Lawyer aprobadas y en preproducción, y con su novela número treinta y ocho en los anaqueles: Resurrection Walk, podríamos resumir toda esta historia en un dicho: Los hombres de honor son los que siempre cumple sus promesas.

Atentamente, el Duende Callejero

Agustín Galván

Estás en el blog: filias y fobias de @duendecallejero. Inicié escribiendo sobre mis gustos y disgustos en materia de cine y literatura en algún momento del 2003. Solo que entonces fue en otro lugar, en otro espacio (ahora fallecido). La versión que ahora vistas es nueva (aunque ya tiene sus años). Gracias por la visita y si te apetece, deja tu comentario.