Y de nuevo, a los orígenes

Cuenta George Miller (1945, Chinchilla), el veterano cineasta australiano que sin deberla ni temerla se convirtió en un modesto parteaguas cinematográfico cuando en 1979 nos entregó Mad Max, que su nueva película, Furiosa: A Mad Max Saga (2024, Estados Unidos y Australia), se debe a su manía por los detalles.

La historia va más o menos así: cuando escribía, junto a Brendan McCarthy y Nick Lathouris, el guion de Mad Max: Fury Road (2015), kinético cuarto capítulo de la saga Mad Max, que para comprender mejor tanto el mundo como los personajes que estaba inventando, tuvo la necesidad de hacer una biografía del personaje principal: Imperator Furiosa (Charlize Theron).

En ese texto dejó claro que todo lo que hemos visto hasta en las entonces cuatro películas sucede en Australia. También que ese mundo post-apocalíptico fue producto de la ambición del hombre por aprovecharse de los recursos naturales sin mediar en las consecuencias. Y que cuando esos recursos naturales comenzaron a escasear, fue que iniciaron las guerras que destruyeron lo poco que quedaba. Desde el agua potable, el ganado, la tierra fértil y, vamos, la mismísima civilización.

Furiosa inicia precisamente en ese mundo devastado.

Existe un terreno gobernado por unas, llamémosles amazonas. En ese terreno aún hay árboles frutales, ganado y cero conflictos. Pero para mantener ese paraíso, esas mujeres se han convertido en unas máquinas de guerra que matan a cualquiera que se acerque con sus artes: saben de mecánica, son excelentes tiradoras, pelean como unas fieras.

La película inicia cuando un grupo de motoristas da con ese lugar. Han matado a un caballo y están repartiéndose su carne cuando descubren a una joven, Furiosa (Alyla Browne), que está boicoteando sus motos.

Mary (Charlee Fraser), su madre, va en su rescate. Pero lo que más teme esa mujer es que su hija revele ese paraíso que ellas protegen. Basta decir, para no entrar en otros detalles, que esa joven no regresará hasta muchos, muchísimos años después a ese paraíso que, como todo, acabó devastado por la ambición del hombre.

Pero, ey, eso no es un spoiler. Eso pasa en Fury Road, aquí de lo que se trata es de contar cómo Furiosa (luego interpretada por Anya Taylor-Joy) pasa de ser la esclava del Doctor Dementus (Chris Hemsworth), el asesino de su madre que se obsesiona por un tiempo con descubrir ese paraíso para luego buscar otra cosa que pueda destruir, a ser Imperator Furiosa bajo el mando del déspota Immortan Joe (Lachy Hulme), que resguarda otro paraíso pero de forma violenta, con esclavos y abusos por doquier.

A partir del impresionante segundo capítulo de la saga, en cada entrega los personajes luchan por mantener algún vestigio del viejo mundo en contra del caótico y violento nuevo mundo que les toca vivir: esa segunda fue por mantener la civilización a toda costa, la tercera por mantener el futuro mediante salvando a la infancia y la cuarta por mantener la esperanza, además de acabar con toda dictaduras.

Y he aquí el gran problema que, diré, tiene Furiosa, la cinta más larga pero a su vez la menos desarrollada de la saga: ¿Qué eso lo que se busca salvar? ¿Qué quiere plantear?

Porque eso de conocer este mundo, eso de entender sus reglas (que hay tres imperios que se mantienen sin destruirse mediante el trueque: uno que es el que produce gasolina y petróleo, otro que es el que produce armas y municiones, y el de Immortan Joe, que produce alimentos), está en Fury Road.

¿Nos debemos quedar con la historia de esa joven amazona que de ser esclava acabó siendo la gobernante de esa porción del mundo?

Con todo que es un espectáculo cinematográfico que no decepciona, pero que se toma su tiempo en cuanto a su desarrollo (una nota: Anya Taylor-Joy aparece hasta pasada la hora), y que contiene una de las mejores secuencias de acción en años (y que nos recuerda a ese impresionante final de la segunda entrega), Furiosa más que un prólogo de Fury Road, lo que acaba siendo es el claro ejemplo de algo que últimamente se está repitiendo: los estudios nos está entregando buenas cintas, sí, pero por ser precuelas, aportan tan poco a la saga.

Por ello, les dejo algo que deben leer recordando la voz de Tina Turner: We don’t need another precuel!

Atentamente, el Duende Callejero

Agustín Galván

Estás en el blog: filias y fobias de @duendecallejero. Inicié escribiendo sobre mis gustos y disgustos en materia de cine y literatura en algún momento del 2003. Solo que entonces fue en otro lugar, en otro espacio (ahora fallecido). La versión que ahora vistas es nueva (aunque ya tiene sus años). Gracias por la visita y si te apetece, deja tu comentario.