Justo en el punto de no retorno de la película, un personaje, Cathy (Maura Tierney), lanza un reclamo a otro personaje, Kate (Daisy Edgar-Jones), su hija y ex-cazadora de tornados que abandonó su profesión-pasión luego de sufrir un accidente que costó la vida de dos de sus amigos y de su novio. Dicho reclamo tiene que ver precisamente con el abandono de la joven al proyecto de su vida: una fórmula química para disolver tornados. Lo que Cathy dice es que ha notado que cada día hay más tornados, más desastre, más clima extremo, pero que ella sigue y seguirá en su rancho con sus vacas, que no huirá a la ciudad de Nueva York como Kate.
Y en otra escena, la que está justo tras el prólogo en el que atestiguamos el accidente que traumó a nuestra protagonista, se nos dice que en efecto, Kate se fue a Nueva York porque ahí no había peligro de tornado, aunque las cosas están cambiando.
Anoto lo anterior pues resulta curioso que en sus casi dos horas de metraje nunca se menciona de nombre al antagonista de Twisters (2024, Estados Unidos): el cambio climático. Supongo que porque eso haría que la cinta adquiera un matiz político que los productores quisieron evitar para no afectar la taquilla.
Sin embargo la ausencia es una constante en esta cinta. Porque si hacemos la pregunta obligada ¿Qué es Twisters? La respuesta sería: no es una secuela tardía de la taquillera cinta de 1996, aunque hay más de guiño a que lo sucedido en aquella es antecedente de ésta; tampoco es un remake en forma, podría ser solo una actualización pero nunca se deja claro; es una comedia romántica pero sin mucha comedia y con eso del romance apenas sugerido; es una cinta de desastres que se cuida mucho, muchísimo, de no meterse en vericuetos políticos, aunque los tiene; y es una cinta-espectáculo que tiene más escenas expositivas que eso, el espectáculo.
Total, es un intento por capitalizar nuevamente la nostalgia mediante una historia cuyo corazón late a ritmo de las acciones de Kate, que con la ayuda interesada de Tyler Owens (Glen Powell), un científico convertido por decisión propia en una celebridad de YouTube, y de Javi (Anthony Ramos), su ex-compañero y ahora empresario de dudosa reputación como todo empresario en el cine, logrará superar su trauma y seguir con su pasión de imponerse a la naturaleza con su fórmula para disolver tornados.
Y aunque es a todas luces una historia de empoderamiento femenino, eso tampoco se remarca mucho. Supongo que porque, de nuevo, no vaya a afectar a la taquilla.
Así, esta película dirigida por Lee Isaac Chung, escrita por Mark L. Smith y que está basada en una historia de Joseph Kosinski, que originalmente iba a dirigir la cinta hasta que se le atravesó la secuela de Top Gun; vale el boleto y el combo de palomitas y refresco por sus seis escenas con tornados, incluyendo una que sucede de noche y que inicia en un rodeo y acaba en la alberca de un motel.
Lo malo es que entre cada una de esas escenas debemos pasar por una serie de explicaciones y exposiciones que solo sirven para hacer tiempo.
Eso sí, queda claro que cuando esas dos fuerzas de la naturaleza se enfrentan, la determinación de una mujer por reclamar su destino y un tornado; el tornado, sin importar su categoría, lleva las de perder.
Atentamente, el Duende Callejero…








