Imaginemos lo siguiente:
Imaginemos que Blue Beetle (2023, Estados Unidos y México), dirigida por Ángel Manuel Soto y al parecer el penúltimo título del malogrado Universo Extendido de DC antes de que sea reiniciado, según en el 2025, por James Gunn y Peter Safran, hubiera sido una de las primeras películas que se estrenaron de dicho universo.
Imaginemos también que en lugar de esos cacofónicos y a las vez soporíferos monumentos al perspectivismo que fueron Man of Steel y Batman vs Superman: Dawn of Justice, en ese hipotético inicio a Blue Beetle solo lo hubieran acompañado: Shazam (2019), Wonder Woman (2017) y Aquaman (2018).
Finalmente, imaginemos que George Miller sí se hubiera hecho cargo de Batman y Superman, y el resto de personajes con su película sobre la Liga de la Justicia.
Dicen por ahí que eso de imaginar es gratis ¿no? Pues bien, viendo el desastre taquillero resultante con ese universo, a uno solo le queda el preguntarse qué hubiese ocurrido si los ejecutivos de Warner hubieran tenido el tino de poblarlo con cintas que sí entendieran que tenían a superhéroes como protagonistas.
Pero eso no ocurrió y aquí estamos viendo cómo el largometraje del primer superhéroe latino (en realidad sería el tercero, solo que las películas animadas no se ha explotado la descendencia latina de Miles Morales, y podría alegarse que el Diablo que interpretó Jay Hernández es un anti héroe), Jaime Reyes (Xolo Maridueña), naufraga tanto en su intento por recuperar sus costos de producción como en justificar el inicio de una franquicia.
Recién graduado en leyes por la universidad de Gotham, Jaime Reyes regresa a Ciudad Palmera listo para comerse al mundo. Pero en medio de la comida de bienvenida se entera que es el mundo el que está listo para comérselo a él. Resulta que mientras estudiaba, Alberto Reyes (Damian Alcázar), su padre, sufrió un infarto. Por no poder trabajar durante su convalecencia perdió el taller con el que sostenía a su familia. Para colmo, los Reyes viven en una zona que la corporación Kord quiere limpiar en su idea de expandir su ciudad futurista y de clase acomodada.
así, el flamante abogado acaba limpiando la piscina de la mismísima Victoria Kord (Susan Sarandon), directora de la corporación que está a punto de dejarlos sin casa a él y a otras familias. Y por azares del guion de Garteh Dunnet-Alcocer, Jaime también conoce a Jenny Kord (Bruna Marquezine), hija del difunto director de la organización.
Jenny investiga a su tía pues está en desacuerdo con el giro que ha tomado la organización familiar. Por eso descubre que el Escarabajo Azul, un objeto extraterrestre que su padre descubrió y escondió en algún lugar del mundo, por fin ha sido descubierto por su tía.
Jenny lo hurta y en su huida, se lo da a guardar a Jaime que había ido a pedir trabajo en la organización Kord. Se lo da con órdenes específicas: no debe ni revisar ni tocar al objeto.
Jaime, instado por su familia, desobedece esas órdenes y por ello el escarabajo extraterrestre lo escoge como su huésped terrícola, dotándolo de una armadura y tecnología que lo hace casi indestructible.
Como leerán, Blue Beetle solo es otra historia de origen de un superhéroe joven, sencillo y carismático. La novedad está en cómo abraza no solo la cultura latina, sino en específico mexicana. Lo hace con una ecléctica selección musical que va de tríos a Mötley Crüe, con dichos bastante familiares, con referencias a telenovelas y programas de comedia, y con esa actitud de no dejar a su suerte a ningún miembro de la familia así se tenga que asaltar una fortaleza armada para rescatarlo.
En resumen, Blue Beetle nunca aspiró a ser un parteaguas cinematográfico o pretender ser algo diferente a una entretenida película de verano.
Y saben, lo logró. Lastima que pocos decidieran verla. Quizá tenga mejor suerte en formatos caseros.
Atentamente, el Duende Callejero…








