Cuenta una leyenda que hace años, varios años, el director texano Wes Anderson (1969, Houston) se acercó a los herederos de la obra de Roald Dahl con la intención de realizar una adaptación de uno de sus relatos: The Wonderful Story of Henry Sugar, que aparece en el libro homónimo que se publicó en 1977.

Entonces, la idea de Anderson era hacer un largometraje en el que se entremezclaran personajes, trazos de historia y temas. Algo que ya había realizado con las obras de Stefan Zweig y The Grand Budapest Hotel del 2014.

Sin embargo, en ese momento Anderson descubrió que aún no estaba preparado para tal empresa. Dijo que no encontró cómo podía contar esa laberíntica historia y además sumar parte de otras. Así que dio las gracias a los herederos, y se fue a hacer otros proyectos.

Uno de ellos fue otra obra de Dahl: Fantastic Mr Fox.

En septiembre del 2021 se anunció que Netflix adquirió, por varios millones, los derechos para adaptar las obras del escritor galés pues compró The Roald Dahl Company.

Pasaron unos meses y el primer proyecto que se anunció fue una nueva adaptación de Matilda, dirigida por Matthew Warchus y que se estrenó en las pasadas navidades, mientras que el segundo fue The Wonderful Story of Henry Sugar.

El plus fue que también se confirmó que Wes Anderson la dirigiría, escribiría y la produciría.

En enero del 2022 comenzó la producción en Londres. Y aunque se siguió diciendo que estábamos ante un largometraje protagonizado por Benedict Cumberbatch, que interpreta a Henry Sugar entre otros personajes, Anderson dijo que en realidad estaba realizando cuatro cortometrajes.

Los otros títulos son: The Swan, Poison y The Rat Catcher.

The Wonderful Story of Henry Sugar es en verdad una maravilla. Inicia con Roald Dahl (Ralph Fiennes) relatando en voz alta la rutina que ejecuta cada que se pone a escribir.

Sigue con Dahl contándonos qué historia es la que está escribiendo.

En un momento, Dahl sale de la cabaña donde escribe y llega a un lujoso salón en el que está Henry Sugar (Cumberbatch), un despreciable soltero que heredó una fortuna, pero que se la ha estado gastando en sus varios vicios.

Dahl pasa la batuta de narrador a Sugar. Así que, mientras lo vemos deambular por una biblioteca en la que no encuentra ningún libro interesante, pues a él lo que le gusta son los thrillers, Sugar se topa con un cuadernillo azul escrito por un tal doctor Chatterjee (Dev Patel), en el que cuenta su experiencia con un artista itinerante llamado Imdad Khan (Ben Kingsley), que se hace llamar: el hombre que ve sin necesitar sus ojos.

Según el relato, ahora del propio Chatterjee, él como el doctor Marshall (Richard Ayoade) realizan algunas pruebas a Khan y quedan deslumbrados. Ese hombre en verdad puede interactuar con objetos y decir qué es lo que tiene al frente sin necesitar sus ojos.

Por ello, Chatterjee decide ver su actuación y luego lo entrevista para comprender de dónde sale tal poder. Así, Khan se convierte en el nuevo narrador y da cuenta de su infancia y su encuentro, ya en la adolescencia, con un Yogi (otra vez Ayoade) que decide revelarle uno solo de sus secretos como forma de disculpa, pues en ese primer encuentro lo agredió con una piedra.

Regresamos con Sugar, que termina de leer el reporte de Chatterjee y decide emular ese secreto de Khan porque está seguro que así volverá a ser millonario.

Es con esa premisa que Anderson nos entrega una deslumbrante pieza con la que no solo le rinde un homenaje a su venerado escritor de cabecera, sino también al arte de narrar. Todo con una puesta en imágenes que desarma y que, a la vez, lleva a un extremo ese acantonamiento marca de la casa.

Hace años, Netflix, que es la que distribuye estos cuatro cortometrajes, anunció que dejaría de hacer proyectos de vanidad. Entonces se entendió que dejaría de apoyar a autores cinematográficos y que mejor se centraría en películas o series rentables. Estamos finalizando casi el 2023 y según parece, esos proyectos siguen aquí. Si la mayoría de los que quedan son como este cuarteto de Dahl y Anderson (o Anderson y Dahl), que sigan viniendo.

Acá los esperamos.

Atentamente, el Duende Callejero…