El capricho taquillero

De entrada ¿Qué es F1 (2025, Estados Unidos)?

¿Una película de ficción que sirve para presentar qué hay detrás del competitivo mundo de la Fórmula 1, incluyendo un pequeño guiño al gran antagonista de este deporte: el corporativismo?

¿Una genérica película deportiva que revive el cliché de moda: una vieja (en este caso: casi) gloria que regresa al ruedo para redimirse y de paso sentar escuela, además de dar una lección a las nuevas generaciones sobre el ruido que significan desde las redes sociales al uso constante del teléfono y la necesidad de que los validen?

¿Una historia sobre cómo a veces ganar significa perder y perder significa ganar?

¿Un relato sobre cómo la constancia, la entereza, la camaradería y el trabajo en equipo son las claves para ganar?

Bueno, como aquí no se juega a la lotería (a ver si algún día hacen una película sobre este juego ahora que los ejecutivos de los estudios al parecer andan buscando, desde el monstruoso éxito de Barbie, ideas rompedoras), diré que sí, F1 es todo lo anterior y algo más: un costoso capricho.

Capricho de un productor llamado Jerry Bruckheimer que, tras probar de nueva cuenta las mieles de la taquilla con la secuela tardía de Top Gun del 2022, no dejó descansar al equipo detrás de aquella cinta y los puso a trabajar en una posible secuela de otro de sus éxitos: Days of Thunder de 1990. Pero, por diversas razones ese plan no se concretó, así que tanto el guionista Ehren Kruger (nominado al Oscar, por cierto, por su trabajo en Top Gun: Maverick) como el director y también guionista Joseph Kosinski se pusieron a trabajar en este proyecto que acabó siendo F1.

Capricho por parte de Brad Pitt, que ha dicho que es un aficionado a las carreras de toda la vida. Por unos años estuvo involucrado en varios proyectos relacionados con las carreras de autos: iba a protagonizar una primera versión del proyecto que acabó conociéndose como Ford v Ferrari, y hasta estuvo interesado en llevar a la pantalla la película biográfica Ferrari que acabó haciendo Michael Mann con Adam Driver; además de producir y narrar el documental: Hitting the Apex del 2015. No solo produjo y protagonizó F1, también se dio el lujo de manejar (aunque no en las escenas de carreras) varios de los autos usados en la película por los principales circuitos del mundo (en los días de descanso, que, según Kosinski, fue cuando grabaron gran parte de las escenas de la película).

Capricho también de Eddy Cue, ejecutivo de Apple (en concreto: vicepresidente de servicios y responsable del contenido de Apple Originals, rama de la compañía especializada en la creación de series y películas), que desde que se enteró del proyecto movió todos sus recursos (incluyendo escenas grabadas dentro de Apple Park) para que se lograra en tiempo récord no solo porque es fanático de la Formula 1 (además de tener un puesto no ejecutivo en la dirección de Ferrari), también para probar varios aspectos tecnológicos de Apple relacionados con cámaras y los sensores de las cámaras (F1 no fue grabada -que no filmada– con iPhones) que posiblemente estará montada en los autos de Formula 1 en el futuro mediato tanto para las transmisiones como para los pilotos y sus equipos.

Y capricho por parte de un Hollywood que, tras los fracasos en cadena de ese pivote hecho hace un par de años por un contenido bajo en testosterona, medido en cuanto a su espectáculo, sumergido en franquicias y vedado en cuanto al escapismo, ha visto cómo ha ido mermando su taquilla hasta el punto de tener que replantearse su propio futuro, por lo que se han estado reviviendo ideas y películas de las de antes.

Así que F1, dirigida por Joseph Kosinski es, pues, el capricho taquillero del 2025.

Una película que demanda verse en la pantalla más grande que se encuentre. También que demandará más de un visionado. Un capricho, sí, pero que de mi parte: vengan más caprichos como éste.

Vaya que se extrañaban.

Atentamente, el Duende Callejero

Agustín Galván

Estás en el blog: filias y fobias de @duendecallejero. Inicié escribiendo sobre mis gustos y disgustos en materia de cine y literatura en algún momento del 2003. Solo que entonces fue en otro lugar, en otro espacio (ahora fallecido). La versión que ahora vistas es nueva (aunque ya tiene sus años). Gracias por la visita y si te apetece, deja tu comentario.