Libros, ideas y Libertades

Toni Morrison (1931-2019)
Toni Morrison (1931-2019)

Hay un dicho:

cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar

Lo empleamos para señalar que cuando nos toque ser testigos de algún evento desagradable que afecta a similares pero en otro país, en otra región o incluso en otro continente, lo que debemos hacer es tomar providencias. Porque probablemente esa desgracia de la que ahora somos solo testigos acabará manifestándose en nuestro entorno.

Esta semana se celebró en Estados Unidos la National Library Week. Desde 1958, cada segunda semana completa de abril es considerada la tal Semana Nacional de Bibliotecas. Por ello se celebran eventos con una sola máxima: resaltar la importancia que ha tenido en la formación intelectual, ideológica y social de millones de lectores norteamericanos gracias al trabajo de miles de libreros y el mantenimiento de cientos de librerías públicas.

Sin embargo, como lo apuntó Ron Charles de The Washington Post, está debió ser la Semana Nacional de Bibliotecas mas convulsa de la que se tenga memoria.

Todo por los dimes y diretes que han convocado las discusiones emanadas de los debates de los candidatos para gobernar el estado de Virginia.

En concreto del candidato republicano Glenn Youngkin, que entre sus promesas de campaña está, de nuevo, la de proteger a los jóvenes del influjo de lecturas perniciosas a las que están expuestos debido a su formación académica.

En resumen, lo que el señor Youngkin y su prole propone es vetar ciertos libros que consideran que les meten ideas no muy agradables en la cabeza de los adolescentes.

Ideas que los harían cuestionar su pasado, por ejemplo.

Ideas como que Estados Unidos nació y creció a costa de esclavizar a millones de personas y que esos esclavos fueron abusados constantemente.

Youngkin, que compite contra el demócrata y ex gobernador Terry McAuliffe, ha centrado su ataque en la novela histórica Beloved (publicada en 1987) de Toni Morrison (1931-2019). La razón: en el condado de Fairfax, en el 2013, una señora llamada Laura Murphy se quejó públicamente que su hijo la atosigó con preguntas sobre historia de Estados Unidos. En concreto sobre la esclavitud. Todo porque en su curso de preparatoria los dejaron leer la novela de Morrison.

Beloved, recordemos sin dar muchos detalles, narra la historia de una mujer negra, Sethe, que luego de escapar de una plantación de Kentucky y de vivir unos días en libertad en Ohio, es encontrada y reclamada por su dueño. Así que emulando a Medea, prefiere matar a sus hijos que dejar que regresen con ella y crezcan como esclavos. Pero solo puede matar a su hija mayor.

La novela estuvo inspirada en la historia de Margaret Garner, aunque se toma sus libertades. Principalmente en el apartado sobrenatural.

Youngkin tomó como bandera esa causa y escribió una legislación para vetar libros como Beloved además de canciones, cómics y hasta el derecho de las mujeres a usar pantalones (no es broma).

A esa legislación se le conoció como The Beloved Bill.

McAuliffe, en su papel de gobernador, vetó dicha ley sin problemas allá en el 2016. Sin embargo, Youngkin no ceja en su intento de vetar a diestra y siniestra todo aquello que considere problemático. Y ya incluye a Shakespeare. Y como ahora tiene una posibilidad real de convertirse en gobernador…

Y, bueno, mientras todo eso se desarrolla en Estados Unidos, yo leo los argumentos y opiniones, y luego recuerdo eso de:

Cuando las barbas de tu vecino

Porque, recordemos, hace diez años también tuvimos a nuestra Laura Murphy.

Pero su atención se centró en Carlos Fuentes, en su novela Aura.

Y vivimos tiempos de mucha creatividad por parte de nuestra política.

Así que: providencias, providencias.

Atentamente, el Duende Callejero

PD. Una versión de este escrito salió publicada en la Pista de Despegue del 10 de abril.